Ingredientes (Para 4 a 6 personas):
- 3 o 4 Kg. de habas frescas (de las medianas)
- 1 manojo de cebolletas frescas (aproximadamente 750gr.)
- 1 cabeza de ajos
- Unas ramitas de hierba buena
- 1 cucharada sopera de comino
- 1 cucharada sopera de pimentón
- 1 cucharada sopera de vinagre
- 200gr. de miga de pan
- 4 huevos
- Aceite de oliva virgen extra y sal
En primer lugar desenvainar las habas y reservar.
Limpiar y cortar las cebolletas en rodajitas finas, reservar.
A continuación pelar los ajos dejándolos enteros.
En un tajine o cazuela de barro echar un buen chorreón de aceite de oliva, cuando esté caliente, dorar un poco los ajos enteros y sacarlos a un mortero.
En ese mismo aceite freír la miga de pan cortada en trozos, y echar también en el mortero junto con los ajos y los cominos. Machacar todo esto muy bien, agregar el pimentón, el vinagre y una pizca de sal, remover y reservar.
Después en el mismo tajine y con ese mismo aceite, pochar un poco las cebolletas que previamente habíamos picado, a continuación incorporar las habas desenvainadas y marear diez minutos aproximadamente.
Seguidamente verter encima todo el contenido del mortero y remover bien unos minutos.
Por último salar e incorporar la hierba buena, cubrir de agua y dejar hasta que se pongan tiernas.
El punto se le da dejándolas con un poco de caldo para poder escalfar los huevos, es decir, cascar los huevos y echar encima de las habas con una pizca de sal hasta que cuajen.
Servir en el mismo tajine y adornar con unas ramitas de hierba buena.
Las habas frescas se pueden comer crudas o cocidas, son de temporada en primavera. Se suelen comer desenvainadas, aunque las nuevas cuando son pequeñas y tiernas se comen con las vainas y se hacen unas exquisitas tortillas o revueltos.
También se pueden comprar habas secas, en Marruecos es muy apreciado el puré de habas secas, hay que ponerlas en remojo varias horas y después cocinarlas. El aporte de hidratos de carbono, proteínas, fósforo, magnesio y hierro son más altos en la seca que en la fresca.
Son de origen mediterráneo y en la Edad Media constituían la base de la alimentación.