También en el año 2000, “La Medina” llevó a cabo una iniciativa en colaboración con el Instituto del Menor y de la Familia de la Comunidad de Madrid y con la Asociación tetuaní “Al Madina”.

Por aquellas fechas se puso de manifiesto el grave problema de los menores marroquíes sin familia emigrados clandestinamente a esa Comunidad, y que en toda España podían contarse por miles. Hasta alcanzar la mayoría de edad a los 18 años, la ley obligaba a que estuviesen tutelados por el Estado, y éste les procuraba los centros de acogida bajo la custodia de monitores, con el fin de tratar de integrarlos en la sociedad española y procurarles un oficio hasta que alcanzasen dicha edad. Pero los monitores se encontraban con la barrera del desconocimiento de la lengua árabe, por lo que no podían entenderse con los menores, amén de ignorar la especial idiosincrasia de unos niños que acudían desde la marginalidad con unos prejuicios difíciles de desmontar. Para ello, “La Medina” concibió la idea de formar en Marruecos unos monitores que, naturalmente, salvaban aquellas lagunas, con unos formadores adecuados y que luego pasarían por el cedazo de ser inspeccionados por el propio Instituto del Menor de la Comunidad de Madrid.

La Asociación hermana “Al Madina” se responsabilizó de la formación, con fondos aportados por ella misma y por nuestra Asociación, a medias, y que ascendieron, por nuestra parte, a 1.202,02 euros. Cumplida la formación, el Instituto del Menor de la Comunidad de Madrid envió a Tetuán a tres expertos que examinaron a los aspirantes. Eligieron a seis de ellos para una primera experiencia, pero todo el proyecto quedó ahí “embarrancado” por la imposibilidad de obtener los visados para viajar a Madrid e incorporarse a sus quehaceres, cuando tanto la Comunidad de Madrid como las dos Asociaciones habían cumplido con lo acordado. Imponderables de los trámites administrativos.